Maraya's blog ^^: noviembre 2006

Es como una pesadilla. Esa que siempre imaginas, durante mucho tiempo, pero que te convences a ti misma de que nunca ocurrirá. Eso que, en el fondo, nunca descartas porque sabes que hay una pequeña posibilidad de que pase pero, como te parece una posibilidad tan ínfima, realmente no lo tienes en cuenta. Bueno… te haces creer a ti misma que la posibilidad es ínfima pero sabes que puede pasar e intentas estar “preparada”, pero sabes que no lo estás. Y va, y pasa ¬¬.
Te niegas a aceptarlo y, no se sabe por qué, cada vez empeora más la situación pero te dices a ti misma: tranquila, verás como es una pesadilla, tarde o temprano tendré que despertar y entonces todo será como era antes. Siempre esperas ver aparecer un monstruo o algo parecido de fantasía para cerciorarte de que es sólo una pesadilla pero ves que no aparecen y te temes lo peor…
Te da miedo. Es como estar viviendo en un sueño y de repente pasar a una horrible pesadilla. Entonces te das cuenta de todo. Todas las cosas insignificantes del sueño que ahora ya no tienes, se hacen notar. En la pesadilla, es todo como en el sueño pero se ve de otra forma; Todo más oscuro, como si le quitaran el brillo, todo más triste. Intentas expresarte, contar lo que sientes o lo que piensas pero, es como si supieras que nadie va a entender nada de lo que digas y entonces decides ahorrarte las palabras. Mejor guardar en tu silencio lo que sabes que es cierto que intentar explicarlo y que intenten hacerte ver lo equivocada que estás. Sólo había, en el sueño, una persona que te entendía al 100%, cada gesto, cada palabra, cada silencio, el lo entendía todo, sabía perfectamente lo que pretendías decir o callar y ahora ya no está, se ha ido.
Estás cansada ya de la pesadilla, sabes que sólo es el principio pero allí, los minutos pasan muy lentos, como si fueran horas. Estás harta y decides recordar cómo era la única persona que te entendía para así, hablarle e imaginar que te sigue entendiendo.

Te pones a pensar e inmediatamente aparece una sonrisa en tu cara. Te imaginas tumbada en la cama un día de lluvia, mirando por la ventana. Es el típico día que no te apetece hacer nada. Llega sin que te des cuenta y se tumba a tu lado. Entonces descubre que hay una lágrima resbalando por tu cara pero hace como si no hubiera visto nada. Tú sabes que la ha visto y que sabe que él es la causa de tu lágrima y que le afecta, que no te quiere ver llorar, pero sabes que no te va a decir nada. Él siempre intenta esconder sus sentimientos en una caja y luego esconde la caja también, por si acaso.
Le cuentas que estás triste. Antes de que te diga nada, empiezas a hablar. Le cuentas lo feliz que te hace, todo lo que has aprendido de él. Le dices que lo que más te gusta es lo diferente al resto de la gente que es, que te parece curioso, interesante, inteligente y que le quieres. Ahí va uno de esos odiosos minutos de silencio.
Luego dices que crees comprender por fin lo que le pasa, que has leído una frase por ahí y le has imaginado diciéndola. Luego le dices la frase: Para que nada nos separe, que nada nos una. Es algo así lo que tu piensas no??
Entonces dejas de imaginar y decides comprobar si es una pesadilla o no. Te pellizcas para saber si es realidad o ficción y descubres que te hace daño…